La otra mirada

Primero fue la fotografía. Que se convirtió en semilla del texto. Con Maruxía, del relato florece una nueva imagen.

Quién mira desde este otro punto de vista es viejo amigo. Lo cual no viene a significar que el contacto haya sido cercano en los últimos tiempos. Pero, amigo, somos de Teis. Y hay cosas que se llevan en la sangre. Tras años sin saber de él, la fotografía me ha devuelto al Trippy. Porque Maruxía es Alfonso. Fonsi. El Trippy. Hoy fotógrafo. Ayer poeta, remero, guitarrista, radioaficionado... Siempre amigo.
 
Maruxía es él y lo son Maruxa y Uxía. Sus soles y su inspiración. De cuando en cuando también modelos. Otras veces iluminadoras o incluso poniendo su ojo en el visor. Maruxía es, al fin y al cabo, -así lo entiendo yo- un proyecto familiar. El enfoque es distinto: Maruxía no improvisa. Su manera de trabajar es minuciosa y sesuda. Una imagen lleva su tiempo. Preparación. Meditación. El proceso puede ser largo; Nunca tedioso. Un trabajo bien hecho, quién lo duda, precisa dedicación. En eso el Trippy siempre fue un maestro: Si se decide ser fotógrafo se deben respirar imágenes.






 




 

 

 
 



No hay comentarios:

Publicar un comentario